El ex presidente de la DC Gutenberg Martínez retoma la ofensiva para que su partido lleve a su candidato presidencial a la primera vuelta, como una vía para recuperar su lugar en un pacto de centroizquierda. “No tenemos matices: nadie está planteando ni camino propio ni menos alianza hacia la derecha. La discusión sobre primaria o primera vuelta es estratégica”, asegura.
A principios de semana, la Presidenta Michelle Bachelet aludió al episodio generado por la prohibición del gobierno cubano para que Mariana Aylwin entrara a la isla señalando que había que dejar atrás “las peleas pequeñas”. ¿Cómo toma esas palabras?
Tengo una apreciación distinta, esto no es una pelea pequeña. En un mundo globalizado, los temas de política internacional son parte de la política nacional y, por tanto, los temas de derechos humanos y de concepto, práctica y defensa de la democracia son fundamentales, no son algo pequeño, sino que muy sustanciales.
¿Quedó satisfecho con la respuesta que dio el gobierno a este impasse?
No tengo los antecedentes completos, pero creo que habría sido conveniente que el embajador de Chile hubiese asistido a una de las comisiones de RR.EE. del Congreso. Y también creo que es muy conveniente que se conozca cuál es la nota de protesta que la Cancillería manda para poder saber el tenor de ésta. Creo que el hecho de haber llamado al embajador, sin duda, tiene un significado político importante, pero siempre es posible hacer algo más.
La reacción del PC frente a este episodio tensiona aún más su relación con la DC…
Este no es un hecho que se pueda simplemente aislar, la DC cree que el nuevo gobierno debe impulsar una política internacional muy activa en materia de derechos humanos y promoción y defensa de la democracia. ¡Cómo lo hacemos con un partido que hoy, en el siglo XXI, dice que en Cuba hay democracia y libertad!
Al menos en este tema, las diferencias entre ustedes parecen insalvables…
Sí, desgraciadamente me queda esa impresión. Hemos visto después de la caída del Muro una evolución a lo que era el comunismo a nivel mundial. Uno esperaba que el PC chileno también experimentara ese cambio y pudiese tener una reflexión más de fondo, acorde con los tiempos, pero se mantiene un conservadurismo muy frustrante y ahistórico.
Más allá de temas programáticos, ¿este tipo de disensos hacen inviable la continuación de una coalición como la Nueva Mayoría?
La Nueva Mayoría es un acuerdo político programático. No es una coalición, serlo implica un grado más alto de acuerdo político. La diferencia con la Concertación es que no teníamos diferencias en los conceptos básicos de democracia, de derechos humanos, de crecimiento con equidad. La experiencia de la Nueva Mayoría ha sido negativa y eso ha quedado demostrado en las autocríticas que los distintos partidos y el gobierno han hecho. Llegar a construir una coalición supone un nivel de acuerdo político mayor que el acuerdo político programático que termina con Bachelet. Estas constataciones en que se ratifica este nivel de diferencia en materias relevantes demuestra un nivel de diferencias que complica a una coalición. Otra cosa es que pueda haber acuerdos puntuales, parciales…
¿Cuáles son, entonces, las condiciones para conformar nuevamente una alianza con el PC?
Todos los partidos de la Nueva Mayoría debiéramos estar en una reflexión sobre lo que se ha hecho, lo bueno y lo malo y la falta de apoyo al gobierno. Y cómo esto ha impactado a nuestros partidos electoralmente y en los sectores sociales. Y los que tenemos un carácter doctrinario, debemos situar esa reflexión en una visión de largo plazo, respecto del país y de nuestro futuro. Nuestra relación es complicada, para nosotros y para ellos. Molesta a muchos militantes y periferias, nuestras y de ellos. Y las diferencias están ya en el límite, si es que ya no lo han sobrepasado.
¿Pero en qué se piensa en concreto cuando se habla de una nueva coalición?
Nosotros estuvimos en los hechos en una discusión permanente durante estos cuatro años, entre la posición refundacional y la que planteaba que los cambios son parte de un proceso, que se sustentan en etapas sucesivas que se fundamentan entre sí. Eso fue una permanente tensión y tironeo que explica parte de las deficiencias del gobierno, las diferencias en la reforma tributaria, en educación, etc. Un nuevo gobierno, si quiere ser eficiente, lograr sus objetivos y lograr apoyo ciudadano y no estar en el 20 o 25%, tiene que tener una sola línea en esta materia. Tiene que resolverse si va a ser refundacional de izquierda o de una línea de centroizquierda, eso es una definición crucial que ordena las definiciones programáticas. A partir de esa definición, después tiene que fijarse la línea central en cada campo. Si en lo económico la línea es crecimiento con equidad o solo equidad. Hay que tomar una línea, no puedes estar jugando nuevamente en dos caballos y sobre esa base, los que están de acuerdo en esas líneas centrales son los que están en posibilidad de formar una coalición. Ahora puede pasar que haya algunos que estén en disposición de cooperar con parte de esa agenda, pero no con el todo, porque discrepen con parte de ella. Eso puede ser una posibilidad, porque en política hay que intentar ser creativo y no quedarse con fórmulas ortodoxas, inamovibles, porque necesita asegurar gobernabilidad. Algo así expresé con la idea de los círculos concéntricos.
¿Y eso no es tener como socios de primera y segunda categoría?
No, porque no implican categorías, sino que implican niveles posibles de compromiso de cada uno.
El próximo fin de semana es la junta nacional DC. ¿Usted coincide en que lo más probable es que se proclame a Carolina Goic como candidata del partido?
Me parece conveniente y necesario. Ella representa una excelente candidata nuestra.
¿Cómo cambia el escenario presidencial que ella haya aceptado ser candidata de la DC?
Coloca en posición una alternativa indispensable, esto es la opción socialcristiana. Un centro humanista, democrático y reformista.
El centro del debate de la futura junta DC será la definición entre primarias y presentarse a la primera vuelta presidencial. Usted es partidario de la segunda opción. ¿Por qué?
La primaria no permite desplegar un planteo con identidad. La sociedad reclama representación de su diversidad y no forzar la homogeneidad y menos antes de tiempo. La primaria no tiene sentido con la existencia de la primera vuelta, esta sustituye con mucha mayor convocatoria y eficacia a la primaria. Que tengamos un consenso en Carolina y que tengamos opiniones distintas respecto de la conveniencia de participar en primarias o hacerlo en primera vuelta son dos temas diferentes. No hay discusión respecto de la persona y eso es un muy buen avance entre nosotros. Un acuerdo leal respecto de una persona. Lo otro es determinar en qué cancha competimos y el partido tiene que pensar en su estrategia mirando el largo plazo, no el corto. Por tanto, es una definición que le pertenece al partido colectivamente, que dice relación con su futuro.
Por eso pide que se pronuncien los militantes…
Sí, pues es una definición tan vital porque gravita no solo respecto de esta coyuntura, sino que tiene impacto respecto del futuro de la DC y por eso todos nuestros militantes tienen derecho a opinar y decidir. Nuestra junta también es representativa y soberana, y por lo mismo debe reivindicar la participación de quienes representa. Pero, además, creo que esto dice relación con los problemas de nuestra democracia, ¿por qué los partidos tienen problemas para refichar? Porque el militante siente que no es consultado en las decisiones importantes y que solo es llamado para elegir dirigentes, pero no es consultado para definir los temas que son gravitantes y en la DC todos sabemos que esto es gravitante, ir a primarias o ir a primera vuelta. Entonces digo: ¿Cuál puede ser el temor que se consulte a nuestros militantes? ¿Alguien ya supone el resultado de esa consulta?
Pero ¿no es la tarea de los dirigentes resolver estos dilemas precisamente?
No, creo que los dilemas fundamentales en las sociedades modernas y democráticas se resuelven convocando la participación de los ciudadanos. No es desconfiar del dirigente, es que este tenga un mandato más directo por parte del ciudadano, eso activa la participación. Estoy seguro de que va a significar que si en las elecciones internas votaron 21 mil -que era una muy buena votación en términos comparados con los otros partidos- vamos a tener votando 40 mil o más militantes en una definición de ese tipo.
El gobierno y diversos personeros, entre ellos el ministro del Interior, han opinado a favor de que la DC vaya a primarias. ¿Qué le parece a usted?
A mi juicio, es un principio en la relación partido-gobierno que éste y sus personeros permitan que los temas internos de los partidos se mantengan al interior de estos sin su participación, más cuando se refiere al futuro posterior a este gobierno.
¿Qué le hace pensar que la Nueva Mayoría sobrevivirá a la presentación de un candidato DC en la primera vuelta?
Porque aprendimos hace tiempo que Chile necesita gobernabilidad, eso supone gobiernos de mayoría y nuestra definición es hacerlo en el espacio de la centroizquierda. Cuando el PPD y el PR notificaron al resto que iban en otra lista en las elecciones municipales, ¿pasó algo al final? ¿O cuando fueron Lavín y Piñera en primera vuelta? Aquí toda decisión estratégica desde la izquierda es válida y las nuestras son cuestionables. Algunos se acostumbraron a imponer sus líneas, sus programas, sus formas de gobierno, y eso también está en juego en esta decisión. Primera vuelta implica volver a respetarnos. Somos a lo menos dos partes y debemos volver a respetarnos.
¿Hay riesgo de quiebre en la DC respecto de este dilema?
No, no lo hay. El acuerdo nuestro, que fue un acuerdo unánime de la junta nacional (fui uno de los corredactores del voto en la parte específica), fue señalar que la DC aspiraba a mantener un acuerdo político, para los efectos de gobierno, en el ámbito de la centroizquierda. Ese es nuestro norte. En eso no tenemos matices, nadie está planteando ni camino propio ni menos alianza hacia la derecha. La discusión sobre primaria o primera vuelta es estratégica, cómo logramos presentar mejor nuestra posición, nuestro aporte y nuestra identidad en una minicampaña de dos meses con un electorado parcial o ante todo el país y durante siete meses de una verdadera campaña presidencial.
¿Pero se observa un fuerte debate sobre estas dos opciones?
El primer debate es sobre el plebiscito para decidir. El segundo es sobre las dos opciones. Son diferencias reales y muy importantes para el futuro del partido. No solo por lo que estamos hablando en lo contingente.
Usted habla mucho de la identidad DC. ¿Cuál es esa identidad en lo sustancial?
La identidad DC parte en ser un partido doctrinario y de principios que busca llevar a la realidad y que inspiran su accionar. Su centralidad está en la persona humana, esta no es solo materia y tiene derechos inalienables, como el derecho a la vida. Los DD.HH. En los valores está la trilogía amor-solidaridad, justicia y libertad. Justicia social y libertad con responsabilidad. Subsidiariedad con solidaridad. Lo comunitario es de nuestra esencia, por eso priorizamos las comunidades, los distintos tipos de familias, las comunidades religiosas, las cooperativas, las organizaciones, etc. Por eso hablamos de superar la dicotomía Estado-mercado por la trilogía Estado-mercado y comunidad. Aterrizando esto a lo político, el compromiso con la democracia sin apellidos y el rechazo a toda dictadura. En lo económico social, el crecimiento con equidad, la economía social, ecológica e inclusiva de mercado y la justicia social. En lo mundial, una globalización, su humanización, solidaria y con gobernabilidad.
¿Es de los que creen que no hay ninguna posibilidad de que Goic se imponga en una primaria oficialista?
Me gustaría que fuera posible, pero creo que nuestra llegada es mejor en primera vuelta que en primarias, ya he visto una encuesta que así lo indica.
El argumento de Osvaldo Andrade es totalmente contrario: que Goic tiene posibilidades de imponerse porque la izquierda va a ir dividida entre Lagos, Guillier e -probablemente- Insulza…
Me parece que Osvaldo practica juego de billar, lanza una bola que parece ir a nuestra banda, pero en verdad está destinada a caer en la banda del PS.
Ir a primarias, entonces -a su juicio-, es perpetuar una posición de minoría en la centroizquierda
Exactamente, y la lógica del acuerdo nuestro, cuando fundamos la Concertación, es que éramos o somos dos partes. En que había algún principio subyacente de alternancia. Y que había un principio explícito de entender que la riqueza del acuerdo era el que ambas partes se respetaban y tenían una competencia regulada. Y, además, estimo que en la crisis de representación democrática en Chile, una crisis, en el intento de forzar acuerdos de homogenización, para mantener la tendencia de enfrentar dos bloques, lo que obedece a un esquema que era indispensable al comienzo de la transición, pero que hoy no responde a la exigencia ciudadana. Esa exigencia hoy día, desde un punto de vista sociológico, es la realidad de la diversidad. Este fenómeno es muy central. Así, un aporte al problema de la representación democrática es la primera vuelta. La política necesita más competencia y diversidad. Es un error en la derecha, y en la centroizquierda buscar esta homogeneidad desde el principio. De eso la gente más bien está cansada. Es una visión equivocada. Eso se hace en el tiempo que media entre la primera y la segunda vuelta. El acuerdo CD-PSD en Alemania es un buen ejemplo.
No pocos piensan que a la DC le gustaban las reglas cuando podía ganar con ellas y que ahora que ese no es el escenario quiere cambiarlas…
Eso no es así. Y no fue así. En todo caso, la política no es estática. Hoy se repite mucho que Chile cambió y eso es efectivo. La relación ciudadanía-política cambió. Bauman nos habló de la modernidad líquida, en que nada se mantiene inamovible.
¿Esto podría ser una definición de la DC de las más importantes de los últimos años, cree usted?
Es la más importante, a lo menos, de la última década.
¿Usted promueve que -aun cuando haya varios candidatos en la primera vuelta- exista una lista común parlamentaria de la Nueva Mayoría?
No, ya está claro que deben ir dos listas a nivel parlamentario. Sí creo que no se debe ligar esto con lo presidencial. Lo de la lista única no es un problema político, es un problema técnico. La única solución práctica para la necesidad de cupos es lograr esto con dos listas.
La Tercera.Reportajes.03 MAR 2017.