La base para que una sociedad funcione bien es que tenga consensos básicos. No se puede relativizar el concepto de democracia, por ejemplo. En Chile ya vivimos lo que significó cuando se relativizó, por unos y otros. Tampoco se puede relativizar el concepto de derechos humanos. No puede haber doble estándar sobre estos dos conceptos básicos: democracia y DD.HH. Sería importante situar a nivel de consenso país el tema de la necesidad del crecimiento y la equidad. Por falta de densidad en la discusión política nacional. Se ha caído en un cierto pragmatismo de seguimiento de lo que se entiende que es la opinión pública o la voz de la calle. Falta una mayor tarea de conducción. La política supone la capacidad de representar, pero también de conducir, y yo creo que la capacidad de conducir está debilitada.Hay estudios internacionales que dicen que Chile es el país más individualista del mundo occidental, ése es un mal que nosotros tenemos y es el que le da pie a la codicia, a la falta de solidaridad, a las actitudes antisistémicas. Todos deberíamos apostar a una sociedad chilena cohesionada, que sea capaz de manejar sus diversidades, pero con algún proyecto común. Si no lo hacemos, nos estancamos.
Leer entrevista completa Revista Capital 31 Octubre 2014